Héctor Abraham Meneses Arredondo - Conexiones Psicoactivas
La Asamblea General de las Naciones Unidas conmemora el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas (Día Mundial contra las Drogas o del Prohibicionismo) cada 26 de junio desde 1988. El objetivo de esta conmemoración es reafirmar el compromiso de los Estados con la comunidad internacional para promover acciones dirigidas a combatir el uso de drogas y eliminar el narcotráfico transnacional. Pero, ¿qué implicaciones conlleva la satisfacción de este objetivo mundial para México y cuáles podrían ser las alternativas?
Desde el siglo XX, la tiranía del Consejo Económico y Social (ECOSOC) de las Naciones Unidas universalizó una idea sobre la relación entre persona y sustancia: El “estupefaciente”, “psicotrópico” o “droga” son “el problema” producido en/por el Sur Global que amenaza o daña al Norte Global. Entonces, a partir del significado construido en torno a un objeto se justifica la prohibición, criminalización, represión o erradicación de acciones, personas, cosmovisiones y medioambientes. Además, dicha idea provoca la división geo-socio-psicoactiva del mundo entre “países productores/de paso” y “países consumidores”; “enfermos” y “sanos”; “criminales” y “honestos”; “migrantes” y “nacionales”; “drogadictos” y “abstemios”; “terroristas” y “salvadores”.
También, el ECOSOC utilizó esta idea para imponer al mundo tres contratos sociales (1- Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes; 2- Convenio sobre Sustancias Sicotrópicas (1971); 3- Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Sicotrópicas (1988)) que obligan a los Estados a instaurar un orden jurídico destinado a la persecución y sanción penal de toda conducta o persona vinculada con “el problema”. De esta manera surgen los delitos por drogas o contra la salud. Sin embargo, estas normas jurídicas contienen una excepción: las acciones con fines medicinales y de investigación están legalmente autorizadas. La intención de esto es otorgar a las farmacéuticas transnacionales el control de la producción de sustancias para su investigación y comercio en todo el mundo. En México, la Ley General de Salud y los reglamentos respectivos determinan los mecanismos para dichos fines.
Detrás del deseo e ilusión de “un mundo libre de drogas” se esconde el objetivo de “cuidar y garantizar” la “seguridad” de las inversiones, recursos e intereses de las élites globales. Éstas ofrecen y venden “la solución”, es decir, la militarización para combatir y eliminar “el problema”. Sin embargo, la compra-venta de “la solución” incrementa las deudas de las sociedades del Sur; las riquezas de las industrias militares transnacionales; las históricas dominaciones coloniales; las desigualdades sistémicas mundiales; así como, las violencias de la guerra contra las drogas.
Los Proyectos de Nación 2018-2024 y 2024-2030 establecen la desmilitarización, la legalización del cannabis y opiáceos (“principalmente para usos medicinales”) y la construcción de clínicas de tratamiento. No obstante, la visión de la SEDENA hacia el 2040 es contar con mayores recursos para consolidarse como un actor estratégico en el desarrollo nacional. Para ello, el Estado mexicano incrementó el presupuesto para la SEDENA de $68 mil millones [2018] a $155 mil millones [2024] y para la GN de $922 millones [2018] a $37 mil millones [2024]. Los resultados de esta enorme inversión y esfuerzos gubernamentales son: 167,336 personas asesinadas de 2018 a 2024; 1,005 quejas por abusos de la GN y SEDENA en 2022; 15,904 denuncias por tortura de parte de las fuerzas armadas entre 2018 y 2023; más de 110 mil personas desaparecidas; más de 272 periodistas y más de 22 defensoras de los Derechos Humanos ejecutadas; más de 74,654 personas detenidas y encarceladas injustificadamente entre 2019 y 2023.
“La evidencia es clara: debemos invertir en prevención.” Este fue el tema central y el llamado de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) hacia los Estados en la conmemoración del Día Mundial contra las Drogas el pasado 26 de junio. Lo irónico y paradójico es quién lo dijo: un organismo internacional de seguridad e históricamente promotor de la militarización, la erradicación de cultivos o laboratorios y la guerra contra las drogas (o mejor dicho, contra las ciudadanías). Sin duda alguna, las sustancias psicoactivas corresponden a un tema de salud pero, el día de hoy el sistema de salubridad en México está sumamente precarizado y no satisface a la totalidad de la población. Adicional y específicamente, las saludes, vidas y dignidades de las personas que usamos sustancias psicoactivas son atentadas, vulneradas o violadas por la desinformación, nula capacitación del personal médico; discriminación; inexistencia de materiales / provisiones para los usos psicoactivos; déficit de recursos; adulteración / sustitución de sustancias; estigmatización; insuficiencia de servicios, progamas o acciones; entre otros factores.
Más aún, las condiciones de saludes empeoran con el monopolio farmacéutico, el desabasto de sustancias, los estigmas difundidos en las campañas de miedo, y el incremento de restricciones a los estupefacientes o psicotrópicos. Por ejemplo, la cannabis con fines terapéuticos a pesar de ser parte del derecho a la salud establecido en la Constitución Política de la Ciudad de México (CPCDMX), actualmente es inaccesible y su uso es prácticamente imposible debido a la sobrerregulación originada por el Reglamento sobre la materia publicado en el año 2021. Otro caso similar es el fentanilo que por su satanización o estigmatización se ha reducido y dificultado el abastecimiento tanto en hospitales como en quirófanos. En consecuencia, la legalización del cannabis y opiáceos establecida en los Proyectos de Nación es una falacia, ironía e hipocresía.
Bajo este contexto prohibicionista, las ciudadanías psicoactivas luchan día con día por transformar estas realidades de abusos y violencias mundiales a través de la reivindicación de las autonomías, dignidades y libertades de toda la humanidad. En ese sentido, Apoye. No Castigue (ANC) es una Acción Global organizada desde hace 12 años en más de 292 ciudades de 85 países. ANC visibiliza y responde a los daños generados por el combate y eliminación tanto de las drogas como del narcotráfico ocultados anualmente en el Día Mundial del Prohibicionismo.
La Acción Global reconoce y aprende de otras redes, protestas, desobediencias y luchas de personas migrantes, trabajadorxs sexuales o que viven con diversidades funcionales o sexogenéricas. Apoye. No Castigue son movimientos de resistencias psicoactivas en busca de la desmilitarización, descriminalización, regulación de las sustancias y protección de las saludes. Asimismo, ANC son manifestaciones de las solidaridades transnacionales que construyen las condiciones sociales para las saludes, placeres, autonomías, libertades, dignidades, igualdades, justicias y derechos humanos de todas las sociedades, comunidades y personas que usamos o no sustancias.
En México, las participaciones de ciudadanías u organizaciones psicoactivas incrementan cada año desde el 2013. Cabe resaltar la diversidad de activaciones que contribuyen al cambio social: acciones educativas, informativas o de diálogo; acciones en los espacios públicos; actividades artístico culturales; campañas informativas, de comunicación o de difusión; concursos; contenidos audiovisuales; distribución de materiales o provisiones para usar drogas y practicar relaciones sexuales; intervenciones escénicas y audiovisuales; manifestaciones públicas; materiales infográficos o informativos. Este 2024 Aguascalientes, Ciudad de México, Hermosillo, Mexicali, Morelia, Oaxaca, San Luis Río Colorado, Tijuana y Toluca organizaron acciones para el ANC.
Texto publicado el jueves 04 de julio del 2024 en el Diario de Querétaro
Descargar texto: