Héctor Abraham Meneses Arredondo - Conexiones Psicoactivas
Activistas, movimientos, organizaciones o redes afirmamos, negamos, convergemos, divergimos, aprobamos, desaprobamos, posibilitamos, impedimos, defendemos, atacamos… las opresiones de los sistemas prohibicionistas, así como, las vidas, individuos, comunidades, sociedades. Sin miedos y tibiezas reconozcamos las contradicciones que somos. No hacerlo únicamente mantiene la ceguera e ilusiones de mundos supuestamente “alternativos”.
Ante los prohibicionismos, ciudadanías participan y organizan movimientos por los derechos humanos, por la legalización / regulación de las sustancias psicoactivas, por la Reducción de Riesgos o Daños, por las Gestiones de Placeres y Riesgos. Sin embargo, las ambiciones, comodidades, envidias, estatus, poderes, prestigios, privilegios o riquezas nos corrompen, nublan nuestras visiones, manifiestan nuestras carencias; perdiendo, de este modo, la prioridad esencial: las personas que usamos sustancias. Concretamente, ciertos participantes en los movimientos psicoactivos estigmatizan, criminalizan y violentan a las personas que utilizamos sustancias; se apropian, copian y roban nuestras acciones, saberes o trabajos.
Psicoactivistas hipócritas disfrazan sus agresiones y prejuicios con un disque interés en el bienestar de la humanidad y los derechos humanos; ocupan posiciones en instituciones locales, nacionales, regionales y globales sin representarnos; formulan iniciativas a favor de las corporaciones transnacionales; alimentan los saberes prohibicionistas con pseudo investigaciones; complejizan los sistemas normativos aumentando las criminalizaciones; manifiestan su adultocentrismo, capacitismo, clasismo, edadismo, machismo, racismo, transfobia con pomposos discursos; y miden sus privilegios, estudios, nacionalidades… mientras en el mundo terrenal, a las personas nos niegan la salud, nos asesinan militares y, todavía, nos castigan al no satisfacer su ideal hipócrita de “consumo responsable”.
En ocasiones, la lucha no es contra “el sistema” sino contra nosotrxs mismxs o nuestros pares. Reflexionar, criticar, reconocer y visibilizar los psicoactivismos hipócritas es poner un alto a los abusos y violencias hacia las comunidades psicoactivas. Por tanto, las revoluciones se materializan cuando empezamos por nosotrxs mismxs, en nuestro interior, en nuestras comunidades.
Descargar texto: