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(E)UTOPIÁCEOS

Foto del escritor: Conexiones PsicoactivasConexiones Psicoactivas

Héctor Abraham Meneses Arredondo - Conexiones Psicoactivas


Amapolas que forman el capullo de esta planta.
Opio

 

(E)utopiáceos: "buenos lugares" para las relaciones entre opiáceos y personas a partir de los aprendizajes sobre estas sustancias.

 

Los opioides son un grupo amplio de sustancias psicoactivas presentes en los seres humanos y en las plantas de amapolas o adormideras. Y justo el “adormecimiento” es un efecto característico de este grupo psicoactivo; por tal razón, también, se les nombra narcóticos, es decir: sustancias con efectos depresores, adormecedores, generadoras de somnolencia o provocadoras del sueño. En ese sentido, el adormecimiento o narcosis de los opiáceos es una herramienta muy útil para tratar los dolores humanos por lo que, los usos de estas sustancias llevan muchos siglos realizándose y expandiéndose por todo el mundo.


Al interior de los cuerpos humanos, el sistema opioide está integrado por opioides endógenos (endorfinas, encefalinas o dinorfinas) y receptores opioides (Mu (μ), Delta (δ), Kappa (κ)). Estos últimos ubicados en las terminales nerviosas funcionan como control para inhibir la liberación de neurotransmisores. Aunado a lo anterior, el sistema opioide interviene en muchas funciones de nuestros cuerpos como en la regulación del sistema nervioso autónomo, de procesos gastrointestinales o de funciones endocrinas, en el aprendizaje, la memoria, el dolor y la afectividad.


Los opioides exógenos u opiáceos naturales (morfina, papaverina, codeína o tebaína) se encuentran en las diversas plantas de amapolas. (DATO: México tiene su propia amapola nativa (Argemone mexicana) conocida como “amapolilla”, “cardo santo” o “chicalote”.) Los capullos de amapolas se cortan o rayan para recolectar la goma de opio. Hay más de veinte opiáceos presentes en la goma a niveles variables; debido a esto se complica dosificar esta sustancia. La goma se puede fumar, comer y beber en té (sin exceder los 80°C) o se pueden extraer los opiáceos específicos (morfina o codeína) e, incluso, se pueden utilizar estas extracciones, modificar su estructura química y obtener los derivados u opiáceos semisintéticos (heroína). Otra forma es producir opiáceos sintéticos (fentanilo) en un laboratorio y sin la necesidad del opio.


En resumen, los opiáceos se catalogan por su origen en naturales, semisintéticos o sintéticos. Adicionalmente, los opiáceos se encuentran agrupados en cinco familias químicas: fenantrenos, fenilheptilaminas, fenilpiperidinas, morfinanos y benzomorfanos. También, las cuatro formas de actuar de los opiáceos en los receptores opioides constituyen otra clasificación: agonistas totales, agonistas parciales, antagonista-agonista mixtos y antagonistas.


La morfina es el opiáceo fenantreno de mayor uso a nivel mundial por sus efectos analgésicos. La heroína es un fenantreno derivado de la morfina de acción rápida y potente. La metadona es una fenilheptilamina sintética con una alta biodisponibilidad por vía oral (+85%) y con una vida media de alrededor de 24 horas. El fentanilo es una fenilpiperidina sintética con una corta vida media pero, una fuerte anestesia. El tramadol es un opiáceo sintético ampliamente utilizado por sus efectos analgésicos producidos por acción tanto central como periférica. La naloxona es el opiáceo antagonista más importante por revertir los efectos en todos los receptores opioides, bloquear los opioides agonistas y, por ende, disminuir/ evitar daños o muertes por sobredosis de opiáceos.


Las pluralidades de opiáceos y de sus presentaciones permite a la persona decidir entre las diversas posibilidades de vías de administración la de mayor preferencia o eficacia: oral (sublingual, transmucosa, comido, bebido), dérmica (subcutánea o transdérmica), rectal, fumada, esnifada (inhalada, transnasal), inyectada (intravenosa, intramuscular, intraarterial, epidural, intratecal, intraventricular).


RECUERDA: cada opiáceo en particular tiene una dosis diferente; asimismo, la dosis de un mismo opiáceo puede variar dependiendo de la vía de administración elegida, su respectiva absorción y aprovechamiento, metabolismo, genética, condiciones de salud, tolerancia, entre otras características de cada persona. ¡Infórmate, conócete y dosifica!


De manera general algunos efectos de los opiáceos pueden ser la sedación, sensación de cansancio, somnolencia, embriaguez, letargo, apatía, sueño, analgesia, cambios de ánimo, euforia, disforia, desorientación, mareo, náusea, vómito, nerviosismo, ansiedad, desinhibición, pseudoalucinaciones, reducción de la temperatura (hipotermia), disminución de la presión (hipotensión) y la respiración (depresión respiratoria); hipertonía muscular y rigidez; liberación de histamina, contracción de pupilas, antitusivo (aminora la tos), antidiarreico (baja movilidad del tubo digestivo).


Tal como ya se mencionó, los opiáceos se utilizan para tratar el dolor debido a su efecto analgésico, por ejemplo: como anestesia obstétrica o en personas con cáncer terminal. Debido a los efectos antitusivo y antidiarreico de los opiáceos se usan como medicamento para la tos (jarabe para la tos con codeína o dextrometorfano) o para detener la diarrea (loperamida o Lomotil como se le conoce en el mercado). Otros usos de los opiáceos pueden ser para el tratamiento del alcoholismo, prevenir la recaída de opiáceos (p. ej. heroína) a través de los Programas de Mantenimiento con Metadona o Buprenorfina; o para casos de intoxicación o sobredosis de opiáceos se emplea la naloxona.


Los usos de opiáceos pueden conllevar displaceres o riesgos a la salud: mareos, náuseas o vómito; reducción de presión arterial, disminución de la respiración que puede ocasionar asfixia o muerte. El uso continuo de opiáceos puede implicar dificultades para orinar, estreñimiento, desarrollo de tolerancia, propensión al abuso o, incluso, dependencia (física y psicológica). Las prácticas de compartir/ reutilizar la parafernalia de otra(s) persona(s) o no poder acceder a materiales para usar nuevos, limpios y aptos incrementan los riesgos de adquirir o transmitir infecciones (p. ej. gripe, VIH o hepatitis). No disponer de naloxona puede implicar la muerte o daños a la salud de las personas. Las mezclas de opiáceos con alcohol, benzodiacepinas, tranquilizantes, antidepresivos o cocaína/crack son peligrosas por lo que, se sugiere descartar la idea de combinarse. Las personas con cólico biliar, con daño hepático, con enfisema o fumadoras crónicas se recomienda evitar el uso de opiáceos.


En México, Ley General de Salud clasifica a los opiáceos como estupefacientes y psicotrópicos; prohíbe toda acción relacionada con dichas sustancias; determina que comerciar, suministrar y poseer sin autorización menos de 2 Kg. de opio y/o menos de 50 gr. de heroína son delitos contra la salud en la modalidad de narcomenudeo. Estos delitos se sancionan penalmente desde 10 meses hasta 8 años en prisión y de 80 a 400 días multa (artículos 234, 237, 245, 248, 250, 475, 476, 477, 480, 481 y 482). Asimismo, el Código Penal Federal (artículos 193 a 199) establece que las acciones sin autorización para hacer proselitismo, cultivar, sembrar, producir, traficar (exportar/ importar), comerciar, tener, ocupar, poseer, administrar y suministrar opiáceos son delitos contra la salud los cuales, se pueden sancionar penalmente con prisión de 1 a 25 años y de 40 a 500 días multa.


Sin embargo, de acuerdo con la LGS, los opiáceos pueden usarse siempre y cuando las personas cuenten con las autorizaciones correspondientes y se cumplan con las normativas para fines científicos y médicos: investigar, comerciar, traficar (importar-exportar), vender, suministrar envasar, empaquetar y prescribir (artículos 236, 238, 240, 241, 242, 243, 249, 251, 252, 253 y 256).


También, la LGS (artículos 477, 478 y 479) específica que el delito de poseer opiáceos puede no sancionarse penalmente en tres casos supuestos: 1) la posesión de medicamentos que contengan opiáceos sea prescrita para fines medicinales o terapéuticos; 2) la posesión de medicamentos opiáceos sea: A) por una persona que los usa para su tratamiento médico o B) por una persona que esté al cuidado o tutela de otra quien requiere de estas sustancias para su tratamiento; y 3) la posesión sin autorización sea menos o igual a 2 gr. de opio y/o 50 mg. de heroína para el consumo personal e inmediato, siempre y cuando la persona no esté dentro o 300 metros alrededor de centros educativos, asistenciales, policiales o de reclusión. En este último caso, el Ministerio Público: 1) Informará a la persona la ubicación de los centros para la prevención del uso o para el tratamiento de la dependencia. 2) Hará un reporte del no ejercicio de la acción penal dirigido a las autoridades de salud para llevar a cabo la correspondiente prevención o tratamiento.


Las personas que usan/ decidan usar opiáceos se les recomienda llevar a cabo las siguientes acciones para autogestionar los placeres y cuidar la salud.

  • Aprender sobre los opiáceos, sus dosis, vías de administración, efectos, riesgos asociados, prácticas para cuidar la salud, así como, a identificar y actuar ante una sobredosis.

  • Analizar tu sustancia para identificar adulterantes o sustitutos y asegurarte de qué usarás.

  • Dosificar; investigar la dosis del opiáceo específico, empezar con dosis bajas y conocer/escuchar a tu cuerpo.

  • Utilizar cada quien su propio material de uso nuevo, limpio y esterilizado. No compartir. Limpiar la zona en donde se prepará la sustancia y lavarse las manos antes de usar.

  • Usar por vía oral facilita la dosificación e implica menos riesgos; sin embargo, los efectos pueden tardar entre 1 hora o más. ¡Ten paciencia! En caso de fumar hacerlo en pipa de cristal y con una boquilla de hule. Por esta vía los efectos se sienten rápidamente por lo que, se pueden controlar pero, puede ser más probable de generar dependencia. Usar por vía inyectada conlleva mayores cuidados, limpieza y riesgos/ daños. Aprende a inyectar, si no sabes hacerlo. No se recomienda usar opio por esta vía.

  • Beber agua o té de jengibre/canela para estar hidratadx. Comer antes y después del uso; se sugieren alimentos como cítricos, manzana, fresa, piña, miel, brócoli o nopal.

  • Evitar mezclar con otras sustancias, principalmente, depresoras como el alcohol.

  • Evitar usar a solas ya que, puedes/pueden necesitar ayuda. Escribir con plumón permanente la sustancia(s) y dosis utilizada(s) en tu brazo o en un papel y guárdalo en tu ropa.

  • Tener a la mano y aprender a usar la naloxona en caso de sobredosis.

  • Establecer horarios para descansar o dormir. Evitar el uso frecuente para reducir la posibilidad de dependencia. Dejar pasar 1 mes como mínimo entre cada uso.

  • No manejar autos o maquinaría.

  • Realizar dentro de tus posibilidades actividades físicas o deportes puede favorecer a tu bienestar en general.

  • Solicitar o buscar apoyo con profesionales de la salud ante cualquier condición de salud mental o física.


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