Héctor Abraham Meneses Arredondo - Conexiones Psicoactivas

Para comprender los usos, efectos, placeres o riesgos/daños vinculados a las sustancias psicoactivas se requiere hacer un análisis amplio de las complejidades y diversidades de la tríada: Sustancias, Personas y Contextos. Las tres dimensiones contienen sus respectivos elementos que, de acuerdo con la combinación específica de estos serán las amplias gamas de posibilidades.
Las sustancias psicoactivas son aquellas que al interactuar con / introducirse en el cuerpo pueden modificar una o varias funciones de uno o varios órganos o sistemas del organismo humano. La dosis es un elemento central al determinar si una sustancia puede o no “modificar”, la manera en cómo ocurre y qué efectos resultan (placeres o displaceres/ riesgos/ daños). Entonces, la dosis es la cantidad de sustancia psicoactiva necesaria para actuar en las células (neuronas) y desencadenar determinados procesos en el cuerpo o mente durante un cierto tiempo. Opuestamente, la sobredosis es la cantidad excesiva o saturación de sustancia en el cuerpo capaz de generar displaceres, daños o muerte.
Ambas definiciones evidencian que toda sustancia psicoactiva tiene un margen de seguridad, es decir, el rango existente entre la dosis mínima (la menor cantidad de sustancia para producir un efecto concreto) y la dosis máxima (la mayor cantidad de sustancia sin producir efectos tóxicos o letales). Conocer los márgenes de seguridad de cada sustancia psicoactiva ha permitido el reconocimiento de diversos mecanismos de acción y efectos en el organismo producidos en dosis distintas de una sustancia en específico. El margen de seguridad de cada sustancia puede variar, por ejemplo, debido a la vida media del psicoactivo; a la vía de administración elegida; a la interacción entre múltiples sustancias usadas; o a la sensibilidad del cuerpo de la persona.
La vida media significa el tiempo que tarda la dosis de una sustancia en disminuir a la mitad su concentración en el organismo. Esto ocurre mediante el proceso de metabolización, es decir, se descompone la sustancia para ser tanto aprovechada como eliminada. Saber cuál es la vida media de cada sustancia es central porque esa información permite dosificar y reducir la probabilidad de una sobredosis u otras reacciones adversas.
Dosificar es la acción de estimar o determinar la dosis de una sustancia para un fin o efecto en particular. Y la dosificación se refiere a las acciones o procesos de establecer, determinar, medir, calcular y gestionar la dosis concreta de una o más sustancias para ser administradas a la persona con un objetivo particular, en los tiempos establecidos y/o durante el periodo definido para el uso, tratamiento o medicalización.
Existen distintos tipos de dosis: dosis media (cantidad de sustancia capaz de producir un efecto concreto a la mitad de una población específica), dosis terapéutica (cantidad de sustancia que produce un efecto terapéutico deseado), dosis de mantenimiento (cantidad de sustancia necesaria para mantener estable su concentración en el cuerpo), dosis de carga (cantidad de sustancia cuyo fin es alcanzar rápidamente una cierta concentración de sustancia en el cuerpo), dosis tóxica (cantidad de sustancia capaz de ocasionar efectos indeseables o adversos/ riesgosos/ dañinos) o dosis letal (cantidad de sustancia requerida para provocar la muerte).
Tanto las sobredosis como sus posibles riesgos/daños pueden ser resultado de o generarse por las políticas de drogas prohibicionistas; los mercados no regulados y sin controles de calidad; la falta de conocimientos, servicios o personal de salud para atender las sobredosis; la inaccesibilidad de sustancias para revertir las sobredosis; la estigmatización, discriminación, desigualdades o desinformación; falta de compañía o monitoreo por otra persona; usar en lugares desconocidos; usos accidentales o intencionales; historial personal de sobredosis; condiciones de salud; genética, tolerancia o dependencia de la persona; interacción entre múltiples sustancias utilizadas; usar dosis altas; vía de administración; vida media, sustitución o adulteración de la sustancia.
Como ya se dijo, las sobredosis pueden ocasionar desde displaceres, daños hasta muertes. Entonces, los displaceres por sobredosis pueden ser las experiencias de “malviajes”; las dificultades / imposibilidades para hacer algo; o los malestares psíquicos-corporales. Entre los posibles daños por sobredosis están las afectaciones motrices (movimiento, equilibrio, coordinación), lesiones de los sentidos (visión o audición), deterioros cognitivos (memoria, concentración, pensamiento), coma, estado vegetativo, entre otros.
Los signos o síntomas de una sobredosis dependen del particular mecanismo de acción de la sustancia psicoactiva ingerida. Cuando hay una sobredosis por sustancias estimulantes pueden presentarse algunos síntomas como piel caliente, enrojecida o sudorosa; temperatura corporal alta; aceleración del ritmo cardíaco; músculos rígidos, temblores o espasmos; movimientos incontrolados o convulsiones; dificultad para respirar; dolor de cabeza o de pecho, inestabilidad, psicosis, agitación, pánico, confusión, desorientación. Contrariamente, en una sobredosis por sustancias depresoras pueden presentarse algunos signos como dificultad para respirar, dejar de respirar, ronquidos, ahogo o gorgoteo; disminución del ritmo cardíaco; temperatura corporal baja; pérdida del conocimiento; uñas, dedos o labios azules/morados; cara pálida y/o húmeda; cuerpo flácido, náuseas, vómitos.
QUÉ NO HACER SI HAY UNA SOBREDOSIS: NO ignorar los ronquidos, gorgoteos o dificultad para respirar. NO dejar sola a la persona. NO dar comida o agua. No inducir el vómito. EN CASO DE SOBREDOSIS: 1) Verificar signos vitales (respiración, pulso, respuesta de pupilas ante la luz). 2) Llamar a emergencias (911) y solicitar ayuda. 3) Trasladar a la persona a un lugar tranquilo, seguro, con mayor ventilación o aire, sin multitudes, ruido, luz excesiva, calor u otros estímulos. 4) Colocar a la persona en posición de seguridad. 5) Aflojar la ropa ajustada. 6) EN CASO DE SOBREDOSIS DE OPIÁCEOS administrar naloxona/ Narcan. 7) Administrar RCP si la persona deja de respirar antes de que llegue una ambulancia. 8) Tranquilizar a la persona ante la confusión o pánico. 9) Refrescar a la persona. 10) Colocar una toalla húmeda en la nuca, cabeza o debajo de los brazos cuando hay temperatura; en caso contrario, si la persona está fría, taparla. 11) Proporcionar a los paramédicos la mayor cantidad de información posible: qué, cuánto y cuándo uso la sustancia; cualquier condición médica preexistente. 12) En caso de espasmos musculares o convulsiones: mantener la calma, colocar en posición de seguridad, aflojar ropa, colocar algo blando debajo de la cabeza, quitar todo objeto de alrededor, observar, contar el tiempo, acompañar. (QUÉ NO HACER si hay convulsiones: no meter nada a la boca, no sujetar o tratar de detener, no dar agua o comida).
Por ende e independientemente de si se usan o no sustancias, los aprendizajes psicoactivos permiten adquirir conocimientos relacionados con las formas específicas de actuación de cada sustancia en el cuerpo; la identificación rápida de una sobredosis y los protocolos de actuación oportuna. Estos saberes son vitales para la gestión, reducción o prevención de los displaceres, daños o muertes derivados de las sobredosis. Otras acciones para la gestión y prevención de las sobredosis pueden ser: 1) Terminar con la prohibición de las relaciones entre personas y sustancias. 2) Regular el acceso y producción (de acuerdo con estándares de calidad) de sustancias. 3) Contar con los recursos materiales y medicamentos/antídotos (p.ej. naloxona) para la atención de sobredosis. 4) Capacitar al personal de salubridad y comunidades para la actuación oportuna y humana en casos de sobredosis. 5) Desarrollar investigaciones y monitoreos acerca del panorama de los usos y sobredosis tanto en México como en el mundo. 6) Ampliar los recursos, infraestructura y servicios de análisis de sustancias a nivel nacional. 7) Construir espacios para los usos supervisados de sustancias psicoactivas. 8) Ofrecer tratamiento asistido con medicamentos (MAT), terapia de sustitución o farmacoterapia. 9) Distribuir naloxona, Narcan y parafernalia nueva, adecuada y esterilizada.
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