Héctor Abraham Meneses Arredondo - Conexiones Psicoactivas
De daños a riesgos, de acciones a atenciones estructurales
La Reducción de Daños (RD) nace entre las décadas de los setenta y ochenta, durante el contexto de la pandemia del VIH. De la población de personas que viven con VIH hay una parte o grupo de personas que se inyecta/inyectó sustancias psicoactivas (principalmente heroína o cocaína / actualmente puede ser fentanilo o metanfetamina). En los contextos prohibicionistas es difícil acceder a material para usar sustancias nuevo y limpio por lo que, es común el compartir o reutilizar jeringas. Esta práctica puede ser una de las vías para contraer el VIH. En este sentido, la prioridad de la RD es atender los usos dañinos derivados de la inyección de sustancias en un contexto prohibicionista. Las estrategias de RD más destacadas son el intercambio de jeringas y las salas de consumo supervisado.
La Reducción de Riesgos (RR) aparece en los noventa visibilizando otros usos, vías de administración y sustancias que no están implicando necesariamente daños. Al usar sustancias psicoactivas puede haber riesgos (p. ej. la adulteración o sustitución de sustancias en el mercado ilegal y no regulado), entonces, es importante atenderlos para disminuirlos. La estrategia principal de la RR es el análisis de sustancias. Éste permite identificar qué sustancia realmente tenemos en nuestras manos y, a partir de ello, se brinda una asesoría sobre la sustancia psicoactiva en cuestión para que la persona tome decisiones al respecto y sepa cómo cuidar su salud.
La Reducción de Riesgos y Daños de Espectro Completo (RRDEC) tiene como objetivo atender los riesgos/daños a la salud y, principalmente, a lo social derivados de las políticas de drogas prohibicionistas (asesinatos, ejecuciones extraoficiales, desapariciones forzadas, desplazamientos forzados, detenciones arbitrarias, etc.). Las estrategias son las participaciones ciudadanas, las acciones colectivas, los movimientos sociales o los proyectos comunitarios. Estas estrategias buscan descriminalizar y regular las acciones relacionadas con sustancias psicoactivas por medio del diseño, implementación y evaluación de políticas públicas de salud desde la RRDEC que construyan memorias, visibilicen las verdades, reparen los daños, hagan justicia y garanticen los derechos humanos de las comunidades dañadas por los prohibicionismos. Estos últimos entendidos como sistemas complejos de producción de miedos y daños, al igual que, de contribución a otros sistemas de opresión contra los seres vivos y el planeta para la obtención de poderes, riquezas materiales y prestigios simbólicos.
Placer(es)-Displacer(es)
Los placeres son acciones, emociones o experiencias senso-perceptivas, psíquica-corporales y socio-culturales de disfrute, satisfacción, goce, bienestar o felicidad a niveles individuales, sociales y globales. Las siete dimensiones de los placeres se construyen socialmente a través de procesos psico-corporales, culturales, éticos, económicos, de salud, jurídicos y políticos.
Dimensiones Psico-Corporales: Se refieren a la visibilización, reconocimiento y resistencia de las diversidades corporales, mentales, funcionales, sensoperceptivas, emocionales o afectivas. Estos procesos son fundamentales para desarticular las ideas dominantes de cuerpos homogéneos y normalizados que promueven, por ejemplo, el capacitismo.
Dimensiones de Salud: Involucran acciones de conocimiento, cuidado, procuración o atención del bienestar, disfrute o goce espiritual, mental, corporal, sexual, comunitario, social y ambiental a nivel personal y colectivo. Las medicinas prohibicionistas orientan sus estrategias hacia la higienización/sanitización de los diversos placeres causando la patologización de prácticas, cuerpos, personas y grupos.
Dimensiones Culturales: Son construcciones simbólicas y significativas alrededor de los placeres que dan sentido a las cosmovisiones (individuales o sociales) y, además, son referentes para la formación de identidades personales-colectivas. El diálogo e interacción entre diversas construcciones simbólicas permite el entendimiento de las humanidades evitando que, por un lado, las diferencias se transformen en desigualdades como el racismo, adultocentrismo, edadismo o transfobia; y por otro lado, disminuyendo la utilización de estas diferencias para alimentar las narrativas prohibicionistas.
Dimensiones Éticas: Definen qué, cuáles, cómo, dónde, cuándo y por qué los placeres deben ser entendidos como “buenos” o “malos”. Los objetos, prácticas o acciones placenteras valoradas como “malas” o “inmorales” pueden tender a su estigmatización, discriminación, criminalización y violencias.
Dimensiones Económicas: Significa la producción, distribución, comercio y consumo-consumismo de placeres generadores de capital, de relaciones de explotación, de producciones de daños y de desigualdades entre clases sociales. Este último es otro elemento que contribuye a la reproducción del clasismo en las actuales sociedades capitalistas y, por consiguiente, en las comunidades que usan sustancias.
Dimensiones Jurídicas: Norman los placeres determinados como permitidos-legales, prohibidos-ilegales y los delitos-sanciones en complejos sistemas jurídicos. Los prohibicionismos promueven la criminalización de personas, comunidades o sociedades a partir de los placeres determinados como prohibidos, ilegales o delitos, así como, de la aplicación de las sanciones respectivas.
Dimensiones Políticas: Se refieren a los conflictos entre diversidades de placeres por la hegemonía de unos sobre la subordinación/erradicación de otros. El prohibicionismo incentiva estos conflictos produciendo un sistema de violencias para el control y dominación de cuerpos, vidas o experiencias placenteras.
Placer-es Saludes
El cuerpo y vida de cada individuo son de su dominio, pertenencia, posesión o propiedad. Es decir, cada persona decide, actúa y gobierna sobre sí misma, su vida o su cuerpo ejerciendo su autonomía, libertad y soberanía. Por ende, el conocerse a sí mismo contribuye a la apropiación del cuerpo la cual, favorece a la persona en los procesos de percibir, interpretar y comunicar entre personas y realidades. Además, por medio de los universos sensoriales, perceptivos y emocionales de los cuerpos se posibilitan experiencias, por un lado, de goces, deleites, satisfacciones, bienestares, disfrutes, placeres; y por otro lado, de displaceres, desagrados, malestares, insatisfacciones, repugnancias o sufrimientos. Concretamente, usar sustancias psicoactivas puede implicar riesgos, beneficios, daños o placeres en lo individual, social y global. Por ende, los aprendizajes y conocimientos en torno a los cuerpos, mentes y sustancias brindan herramientas para decidir de forma autónoma; evitar/disminuir los riesgos o daños; posibilitar/aumentar los beneficios o placeres; así como, favorecer/cuidar las saludes.
Hablar de “la salud” (en singular) es concebir al modelo de medicina occidental como único o hegemónico. Caso contrario en plural: “las saludes” son relaciones plurales, complejas e interdependientes entre acciones, saberes, estados o condiciones orientadas a gestionar los bienestares corporales, mentales, sexuales, espirituales, sociales y ambientales a niveles individuales, colectivos, nacionales, regionales, al igual que, globales. Recordar: los bienestares son placeres, entonces, si hay placeres, también, hay saludes y viceversa: hablar de saludes es referirse a los placeres de las poblaciones; placer-es saludes. Debido a esta conexión simbiótica las decisiones, acciones, omisiones e implicaciones alrededor de una esfera tendrán repercusiones en la otra.
Concretamente, Gestionar Placeres y Riesgos es resignificar y transformar a niveles individuales, comunitarios, sociales y globales las relaciones entre personas-sustancias a través de la politización de los placeres, riesgos/daños y saludes psicoactivas. Esto implica aprender sobre los cuerpos humanos, las sustancias psicoactivas, los diversos usos y contextos de los mismos. También, es reflexionar y cuestionar las realidades, experiencias o concepciones alrededor de los placeres, daños y saludes vinculadas a los usos, culturas y políticas referentes a las sustancias. Además, es analizar, reconocer, reivindicar o visibilizar las pluralidades de sensaciones/emociones experimentadas a partir de la interacción persona-sustancia. Asimismo, es comprender, decidir o accionar sobre los conflictos, displaceres, daños y violencias presentes en las saludes psicoactivas para transformarlos en bienestares, placeres, dignidades y libertades. En síntesis, las Gestiones de Placeres y Riesgos (GPR) son formas plurales de pensar, sentir y accionar orientadas hacia las autonomías, placeres y saludes psicoactivas. En otras palabras, las GPR son herramientas que contribuyen a empoderar a las personas para: 1) la Construcción de aprendizajes entre pares; 2) la Autonomía en las decisiones y acciones; 3) la Apropiación y soberanía de sus cuerpos y placeres; y 4) la Autogestión y cuidado de las saludes personales-colectivas-globales.
Los nueve fundamentos de las Gestiones de Placeres y Riesgos son:
Investigaciones científicas: Desarrollar investigaciones a partir de diversas localizaciones, epistemologías, teorías, metodologías y perspectivas no hegemónicas.
Diversidades: Reconocer y reivindicar las pluralidades de cuerpos, mentes, sentires, experiencias, identidades, significados, saberes, sustancias psicoactivas.
Autonomías, Libertades y Derechos Humanos: Construir herramientas y condiciones para que, por un lado, las personas decidan cómo desarrollar sus vidas ejerciendo sus libertades, autonomías y derechos humanos; y por el otro lado para que, los individuos defiendan, respeten y garanticen las Autonomías, Libertades y Derechos Humanos de todas las personas (y demás seres vivos) en el mundo.
Localidades-globalidades: Entender y concientizar en torno a las conexiones múltiples, complejas e interdependientes entre locales y globales.
Saludes: Priorizar los máximos bienestares posibles para todas las humanidades y ambientes en el mundo a través de decisiones, aprendizajes, saberes, cuidados, atenciones, servicios, materiales, además de espacios autónomos y libres.
Placeres: Orientar las acciones, estrategias o políticas hacia la construcción individual-colectiva de sensaciones, experiencias, vivencias y contextos de placeres y bienestares.
Reflexividades / Concientizaciones: Razonar en torno a nuestros placeres; calcular/dimensionar las implicaciones directas o indirectas de nuestros placeres; y diferenciar las implicaciones que conllevan las acciones individuales placenteras, de los daños/violencias relacionadas con los sistemas prohibicionistas, patriarcales y capitalistas.
Acciones-participaciones (individuales-colectivas): Aprender, analizar y comprender los conflictos presentes en mis realidades. Crear, organizar y planificar acciones para disminuir/resolver los conflictos. Accionar libre, autónoma y fraternalmente.
Apoyos-cooperaciones: Aprender a solicitar apoyo cuando lo necesitamos. Apoyar a partir de nuestras posibilidades a las personas, comunidades o humanidades. Proponer, organizar y cooperar en acciones colectivas, protestas, movimientos sociales o proyectos comunitarios que cambien nuestras condiciones y realidades prohibicionistas.
RECUERDA CITAR ESTE ARTÍCULO PARA EVITAR EL PLAGIO.
Meneses Arredondo, H. A. (2024, 05 07). Placer-es Saludes. Conexiones Psicoactivas. Recuperado el día / mes / año, de https://www.conexionespsicoactivas.com/post/placer-es-saludes
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